Una voz dormida,
un silencio despierto y acomodado,
luces como sombras,
noches enteras cual espejo ovalado.
Un quejido ahogado se siembra,
un lamento dorado se recoge.
Heridas en el alma que cortan
incluso el aire que se encoge.
Hay algo más profundo que
el alma:
la esencia misma de una vida
truncada.
¡Sal de este cuerpo y libérate!
¡Sal de la nada!
¡Que salgas a la inmensidad!
¡Vuela! Hasta que quedes helada.
Es precioso. Lo he leído cinco o seis veces y a cada lectura me gusta más. Tiene un nosequé de nostálgico, de dulce y de crudo que me llega muy hondo, especialmente la segunda estrofa.
ResponderEliminarEspero que todo te vaya bien, besos.
Me gusta que te guste ;)
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