lunes, 28 de abril de 2014

Et in Arcadia Ego

Del color del cielo son tus ojos. Tu mirada va más allá de cualquier horizonte. Se clava en todos cuantos te miran, te adoran y te susurran despacito, que tu aliento es fresco. Dormido, muchas veces te despiertas de repente, en la soledad de la noche, o en las profundidades de la Aurora. Sumiso, contienes suavemente esa fuerza electrizante que vadea meciendo tus sentidos, en el sonido altivo de tu alegre cantar.

No soy yo quién más ofensa causa, que por ofensa tengo el don de ser el guardián de soledades. De tristes paisajes, de tristes noches, de soleadas tardes bañadas con mis andares. Andares cautos que parecen besar la fresca arena, vuestra fresca arena...

Guarda tus llantos para más adelante, hermano. Que existes porque lo bello existe. Sin ambajes, sin ataduras mortales, sin claros ni oscuros. Simplemente eres tu. Traicionero y confidente. Sobre tus hombros han llorado eternas visiones de vidas truncadas, de emociones rotas, de corazones sin consuelo. Y tú les has dado cobijo. Les has dado rienda suelta a su desdén, para que con tu vaivén, alivien esas penas.

...Y, sin embargo, solo veo lágrimas vertidas en mi vientre. He anulado a los más valientes, los engullí en mi hondo orgullo. Orgullo de pretensiones que soliviantan al más valiente. Soy descerebrado, y por engullir, engullo hasta los vientres más fertilizados. Pues si se alían conmigo esos extraños, ruidosos, estridentes, cargados de terror hasta la médula, me convierto en el más fiero de los enemigos...

No temas, pues la fuerza emerge, crece y se sumerge en ti como si fueras gruta. Y tu belleza arrastra a la condena de quienes te quieren dominar, hermano. No es tu maleficiencia, sino la ignorancia de quienes no entienden tu parecer. Ya lo dijo Maquiavelo: "todos ven lo que aparentas; pocos advierten lo que eres".

Y no en vano me consuela... Esa frase es acertada, pues tesoros más grandes he abarcado y abarco más vida que quienes osan atacarme... Y a ti, te mostraré mi cara, acercaré mi mejilla para que la beses...

...Y la besaré mil veces si hace falta, te acariciaré otras tantas, te suplicaré mi perdón. Entenderé tu furia con mirada compasiva... Te dedicaré los versos más bonitos, si hace falta a la luz de una luna que se refleja en tus ojos.

... Déjame acariciar tu arena de sentimientos...

Suavemente... Se levanta viento fresco, es hora de que me vaya... Sutilmente...

Dejaré que te marches; esperaré a que vuelvas, a que vuelvan y me amen... A que me ames...

A esta luz que rompe el cielo y a tus sonidos, me encomiendo. Me dirigen noche y día. Hacia lo desconocido. Hacia este mar que ahora me habla, me susurra, me hechiza...

Vuela, hermano, que otros ahora ocuparán tu espacio. No estoy solo, ni tú tampoco. Porque apareció un amigo, al que traicionero  llaman. Mar es su nombre, y vive besando las playas...

La luna finge; el sol declina. Sobre tus saladas aguas se marcan imperfectas tus ondanadas. Me llaman... Voy...

... Y conmigo eternamente yacerás, en las profundidades del cielo, en los confines del mar...

[Encontrado el cadáver de un joven de veinte años ahogado en la playa (extracto del diario El Suceso a 23/02/1987) ]

No hay comentarios:

Publicar un comentario